Para muchas personas sobre todo de Occidente, hablar de la gran revolución que enarboló, la hija del Profeta Muhammad (BPD), Fátima Az Zahra(P), continúa siendo desconocida, en cuanto al modelo y ejemplo para las mujeres de este mundo, quién vivió la gran revolución islámica junto a su padre; el que lideró e hizo un cambio trascendental en la sociedad de la ignorancia de Meca, así como en el establecimiento de los derechos de la mujer, pues hay que recalcarlo y remontarnos a 14 siglos antes de que, tras muchas luchas y batallas en países Occidentales se comenzaran a establecer derechos para la mujer; no obstante, de ello el islam ya había otorgado los suyos a la mujer musulmana. Es en ese sentido que se hace necesario continuar desmitificando estereotipos y seguir informando la posición y el rol que ocupa la mujer en el islam; pues básicamente “Ser mujer” es un tipo de valor y en la sabia creación de Dios, tanto las mujeres como los hombres poseen un lugar, una naturaleza y un rol particular. Y no existe otro ser en el mundo más privilegiado y con mucho valor, por sus derechos que tiene, por el hecho de ser madre, esposa, profesional, hija; etc.… que ha sido creado por Dios.
Antes del advenimiento del Profeta Muhammad (PB); es decir en la edad de la ignorancia, la era preislámica, existían muchas costumbres y tradiciones que los árabes paganos de esa época estaban acostumbrados a realizar, entre ellas la adoración a varios dioses; así como a los genios, o a los animales, también dentro de estas se encuentra el odio que tenían éstos a procrear hijas mujeres, pues creían que tener una “hija” los humillaba socialmente y a este efecto cometían, lo que en la actualidad denominamos “Infanticidio Femenino”, al enterrarlas vivas.
Por otro lado, cuando uno de ellos se enteraba que había procreado una hija “mujer” se enfurecía y afligía muchísimo, hasta el punto de rehuir de la gente, al saber que su hija era una señal de vergüenza, y como costumbre hereditaria tenía dos opciones: enterrar viva a la pobre niña o retenerla como un objeto de sufrimiento y desprecio, incluso existía un dicho muy popular entre ellos, el cual decía: “Enterrar a una niña es una virtud”, y sobre este tema particular sobre el desprecio hacia la mujer, se lo ha podido comprobar a lo largo de la historia; ya que éstas fueron despreciadas, discriminadas, relegadas al último nivel al ser tratadas como objetos sexuales, como lo confirmamos en el texto: “Terrorismo contra la Mujer. Violencia y Feminicidio. Percepciones desde la Sociedad Islámica”.
Sobre la práctica del enterramiento a las hijas vivas, tenemos como fuentes las propias confesiones de conversos que hicieron al Profeta (PB), entre ellos, Ghais-Ibn-Asim, un jefe de la tribu de los Bani Tamim, que se confesó al Profeta diciendo:
“En el pasado nuestros padres practicaban el infanticidio femenino. Yo también, tuve doce hijas mujeres y a todas ellas las enterré vivas, una tras otra. Mi esposa dio a luz a mi decimotercera hija en secreto, esta también resultó ser una niña, por lo que mi esposa la entregó a su propia familia para que la retenga y cuide. Luego de unos años me enteré de su existencia, la rapté y la enterré viva, mientras ella me suplicaba que tuviera piedad y que no la enterrara”.
Con la llegada del Profeta Muhammad (PBD), el islam prohibió estrictamente el infanticidio femenino y lo declaró como un pecado ilícito espantoso, además por otro lado, no sólo se abolieron y terminaron estas tradiciones y costumbres crueles y nefastas en contra del ser más noble que es la mujer; sino que el Profeta (PB) estableció una sociedad que reconocía sobre todo los derechos y la alta posición de la mujer y su importancia en la religión de Dios, y esto lo consiguió a través de su hija Fátima Az-Zahra (P), a la cual el Mensajero de Dios (PB), puso en el más alto rango y la más honorable posición en el Islam, para ser el mejor ejemplo de todas las mujeres de su nación, no sólo en castidad, ni abstinencia; sino cumpliendo con el rol, de reformadora de su Ummah (nación), es decir que esta gran señora logró a través de su ejemplo de vida, la liberación de la mujer, la cual fue una gran revolución; pues como dijimos ellas estaban privadas de todos sus derechos naturales.
Y tal como están las cosas en la actualidad, donde las cifras cada vez más están aumentando en relación a la violencia, el maltrato, y el asesinato; es decir el feminicidio hacia la mujer en Latinoaméricay el Mundo, y que hasta ahora, ni las marchas, manifestaciones que se están suscitando para poder disminuir estas vejámenes, precisamente es que se hace necesario a manera de lucha dar a conocer la gran revolución de esta gran dama, la señora del universo, como lo es Fátima Az-Zahra (P); pues como lo señalamos anteriormente hace ya 14 siglos, en esa misma época donde la mujer fue privada de sus derechos, a través de Fátima (P), es decir poniéndola como ejemplo a su hija, manifestando su conocimiento y sus virtudes intelectuales y espirituales, el Profeta (BPD) estableció una sociedad que reconocía los derechos y la alta posición que ocupa la mujer en el islam, así como su importancia como líder y educadora dentro del núcleo familiar, ya que el islam declaró la independencia y la responsabilidad política de la mujer, ella pudo acceder a transitar su propio sendero y determinar su propio destino, permitiéndole jurar lealtad al Profeta (BPD), para determinar el liderazgo en el país y en la sociedad política; en otras palabras se abolieron todas las vejámenes como el feminicidio, la violencia y todo el maltrato hacia la mujer, sin lugar a dudas un ejemplo contundente para las sociedades de la actualidad.
Fátima Az-Zahra (P), la hija del Profeta (B.P), que en su biografía se señala que “Es quien con su firmeza afirmó el valor de la mujer”, “La señora de las mujeres del universo”, por ser un testimonio de pureza, representatividad del ideal de la mujer, su gran importancia radica en ser la transmisora de la sucesión de la familia del Profeta (B.P), fue la madre del Imam Hasan (P) y del Imam Husein (P), y esposa del primer Imam Shiia, Alí Ibn Abi Talib (P).
Pues su vida de esta gran señora, confirma que el islam no priva a la mujer de adquirir conocimiento científico, cultural, literario, lo que garantiza que ellas se salvaguarden a sí mismas de ser exhibidas como un objeto, de la dejadez moral, de los excesos y otros actos que en la actualidad también ha proliferado en el aumento de estadísticas de violencia hacia ellas; pues hasta que no cambie su manera machista de ver la vida, de competir con el hombre, y no verlo como igual, y hasta que no cambie de actitud y de comportarse, estas cifras en vez de disminuirlas aumentarán, y precisamente ahí está el islam y el ejemplo perfecto de la vida de esta gran dama para mostramos en realidad qué papel debe desempeñar la mujer en la actualidad, qué rol cumple como líder formadora y educadora del hogar, al transmitirles valores totalmente perfectos hacia los hijos. Y en palabras del Líder de la Revolución Islámica de Irán, el Ayatolá Seyed Ali Jamenei «La excelsa jerarquía de la Ilustrísima Fátima Az-Zahra, señala la cosmovisión del Islam respecto a la mujer».
Definitivamente, Fátima Az-Zahra es fuente de inspiración, para toda mujer musulmana y también para aquella que quiere adquirir sabiduría; pues ella es el símbolo supremo de las virtudes femeninas y ejemplo perfecto para todas las hijas, esposas y madres que luchan por la construcción de sociedades sólidas y sanas. Y al respecto dijo el Profeta del Islam: “Si la bondad se manifestara como persona, esa persona definitivamente sería Fátima (P)”.
Y sin lugar a dudas, ver al modelo de mujer que fue Fátima es también posesionar otra cosmovisión, otro sistema de vida, otra forma de vida, que destaca a la mujer en todas las dimensiones de la vida, y esta es muy necesaria en Occidente; ya que la hija del Profeta fue nacida para ser líder de todas las mujeres del mundo y su generación, para levantar pioneros verdaderos y para proteger el monoteísmo y las fronteras de moralidad y humanidad, pensar de otra manera es continuar con la decadencia de la mujer en Occidente. La revolución de Fátima Az-Zahra (P), el paradigma latente de mujer, hija, madre y esposa, y en este aniversario de su fallecimiento de la dama de los mundos, Fátima Zahra (P), en el año 632 en Medina, es nuestra misión el de hacer conocer la vida y el papel que tuvo esta gran mujer, esta gran luchadora y revolucionaria dentro del islam, para ser un modelo para el mundo actual, tal como lo hemos manifestado anteriormente.
“Oh Dios, aparta de mí, el engaño, la hipocresía, la mezquindad, la opresión, la envidia, la duda, la debilidad, la enfermedad, la traición, el engaño, la astucia, la calamidad y la corrupción de mi oído y de mi vista, y guíame hacia aquello que te complace, Oh el más misericordioso de los Misericordiosos”, Fátima Zahra (P).
Sdenka Saavedra Alfaro